Con la venia, señoría. Antes de proponer la condena o salvación del encausado llamado ‘Schmilco’, ruego al tribunal que tenga en cuenta los siguientes hechos:

1.- El título hace clara referencia a al álbum de Harry Nilsson de título ‘Nilsson Schmilson’ (1971), obra cumbre de su autor, uno de sus discos más libres y espontáneos y, probablemente por ello, uno de los que mejor ha envejecido, manteniendo todo su brillo y encanto.

2.- Las canciones que integran ‘Schmilco’ fueron grabadas de forma paralela a las que incluía el (muy) decepcionante ‘Star Wars’ publicado hace un año.

3.- Wilco, fundada en 1994, lleva casi una década -desde ‘Sky Blue Sky’– sin sacar un disco que sea una obra maestra, aunque no sin dejar de publicar varias canciones hermosísimas.

Una vez tenidos en cuenta estos hechos y una vez interrogado detenidamente el encausado, llegamos a las siguientes conclusiones, que ofrecemos a su consideración:

1.- Comprobado el hecho #2 no podemos decir aquí que Wilco haya vuelto a sus raíces o haya optado por la vía esencial dentro de su música, simplemente podemos constatar que, hace un año (probablemente más), tenía abiertas dos vías y esta de ‘Schmilco’ nos gusta más. ¿Porque es lo-de-siempre? Puede.

2.- El hecho #1 (indiscutible en sí mismo) nos lleva a sospechar que la vía Shmilco también le gusta más a Tweedy y los suyos y que la elección del título (encadenándolo a un antecedente incuestionable) supone una apuesta por un futuro en el clasicismo en lugar de en los experimentos.

3.- Y, finalmente, el hecho #3 (igualmente indiscutible, a nuestro parecer) nos lleva a agradecer la existencia de las cuatro o cinco grandes canciones que contiene ‘Shmilco’ (las tres primeras, seguidas de ‘Someone to Lose’ -qué línea de bajo, Cristo bendito- y, quizá, ‘We Aren’t The World (Safety Girl)’) e igualmente nos lleva a apreciar en lo que valen (para tirar cohetes, no) las tres o cuatro mediocridades que vienen en el lote y a perdonar ciertos (y, para mí, inexplicables a estas alturas) postureos experimentales con la disonancia y el feísmo (‘Locator’ o ‘Common Sense’).

por El Poleo