El chico de Oklahoma, esperanza de la americana music, se ha electrificado, ha florecido, ha abierto los ojos y el corazón a nuevos aires (o ‘arreglos’) y nos muestra cómo ha recorrido con gran aprovechamiento el camino que va del folk sureño de influencia pentecostal (lo dice él) al rock de raíces con aromas góspel; y más cosas, muchas más.
El disco comienza con la contundencia (‘Fine Line’) de quien quiere dejar claro desde el primer momento que hay cambios que mostrar. Esa contundencia y energía tienen su redundancia unos cortes más allá con ‘Let A Little Light In’, un tema con todo el aroma a los mejores Spoon, y se confirma hacia el final con la magnífica, ascendente y épica hasta los coros ‘Coming Up’ y la acelerada y académica ‘Some People’, donde es posible hallar ecos del Mellencamp de hace unas décadas.
Pero no todas las buenas noticias están en los trallazos. Justo después de ‘Some People’ brilla como una gema una maravilla llamada ‘She’ que invoca sin complejos la magia de McCartney, magia cuyo rastro también podemos encontrar al principio del disco en ‘Singing to Me’, más folky pero igualmente tremenda.
Con no ser nada desdeñable su producción anterior -y antes lo contrario– el paso adelante o arriba dado por Millsap con este ‘Other Arrangements’ nos deja delante de un músico pleno e inmenso, con recios cimientos y tradición detrás, pero con un futuro que puede ser formidable a poco que consiga mantener el paso y ser fiel a su voluntad y su talento.