Con un pie en la americana y otro en la psicodelia, con más influencias, referentes, homenajes y guiños que en las paredes del garito que más frecuenten en su pueblo, Nashville, llegan los Natural Child con su cuarto disco, que es un placer escuchar, compartir, recomendar y reseñar.
‘Okey Dokey’ debería encabezar ya las listas de los discos más luminosos, buenrolleros y optimistas de la historia y es por eso y por su descarada voluntad de agradar por lo que no parece de estos tiempos. Se nota que estos tíos se lo pasan bien haciendo lo que hacen, que se gustan y que les encanta compartirlo. Semejante celebración de la vida es algo sospechoso y está últimamente muy mal vista.
No es que ‘Okey Dokey’ sea un placer inconfesable, pero ten cuidado con ponerlo demasiado alto o con que se te note que hace (un poquito) feliz.