Como tantos músicos en este año y pico de pandemia, el frontman y cantante de The Revivalists, David Shaw, ha sacado disco en solitario y ese disco no está nada mal. Sin separarse tanto como algunos dicen del sonido habitual de su banda y -cierto es, pero no de escándalo- excursionando en otro tipo de terrenos ajenos a los habituales (sobre todo en ‘Got Me Feeling Good’, magnífica por otra parte, o en ‘So Far Gone’, que recuerda el ‘Looser’ de Beck, quizá demasiado), lo que probablemente se ha dado Shaw es un festín de sí mismo, vamos, que ha hecho lo que le ha dado la gana. Y le ha salido bien.
Aunque es cierto que el disco no empieza con lo mejor que contiene, con la algo insípida ‘Promised Land’ y la demasiado popera ‘Shaken’, lo cierto es que a partir precisamente del tercer corte, ‘Got Me Feeling Good’, la cosa mejora notablemente por la inmersión que hace Shaw (de cabeza) en esa mezcla siempre efectiva y siempre mágica entre el country, el soul y el rock, sabiendo él además que, si le pones coros, eso ya es la nata del pastel.
Con esa receta magistral se nos sirven, además de la citada, otras piezas extraordinarias y muy efectivas: ‘Heavy Soul’, la excepcional ‘Something to This Feeling’, ‘I’ll Be Your Man’, una delicia con piano y banjos, o la enérgica ‘I Can Ear You (Calling On Me)’, argumentos suficientes para darle el notable al bueno de Shaw y augurarle un buen futuro fuera de los Revivalist, si es que sale de paseo, o con ellos, si esto no ha sido otra cosa que un autohomenaje bien resuelto.