El bueno de Brent Cobb (Georgia, USA, 1986) tuvo una epifanía de libro en un camino rural después de un accidente de coche, se ve que le vio la orejas al lobo, se acordó de todos los santos del ‘heaven’ y en su cabeza empezaron a sonar todos los himnos que escuchaba de chico en la iglesia. Así que, recuperado de cuerpo y espíritu, llamó a su primo Dave (Cobb, por supuesto) y se metieron en el estudio para salir con ocho versiones de temas de góspel clásico muy bien recauchutadas y una canción nueva (‘When It’s My Time’) donde confiesa cómo se le ha quedado el ánimo después del susto.
“Now Let’s Turn to Page…” es muy buen disco por dos razones: la primera porque el cariño con que se ha tratado el material se nota y causa en el oyente un notable efecto de comunión y agradecimiento (es lo que hay y, además, es para lo que sirve la buena música religiosa) y la segunda razón porque el acento que Cobb le mete a esos ocho temas, pasándolos por la americana, el rock y hasta el funk (‘Are You Washed In The Blood?’), consigue darles una nueva dimensión que bien podríamos llamar góspel con esteroides.
Y lo mejor del disco es que no hay por qué compartir ninguna de las circunstancias (vitales, musicales, religiosas, geográficas) de Cobb y los suyos para disfrutar como un cachorrito de esta media hora corta de sentida y entregada celebración de lo que a uno lo conforma: familia, tierra, comunidad, cultura, costumbre, cariño, memoria…